Por quinta vez en menos de 15 minutos, reviso el reloj, la descesperaciòn era muy notoria. La esquina de aquella avenida la recorría como león enjaulado. Los minutos le parecían horas cuando se trataba de esperarla, y ella disfrutaba llegar tarde. Tomo aire y se trato calmar, entendió que algo la tarazaría, quizá el hecho de que su marido no la dejaba ir y debía mentir, tal vez sus hijos debía encargarlos con alguien o quizá solo se retrasara por el trafico. A pesar de los motivos, el desesperado chico de 20 aun no era lo suficiente maduro para aguantar las ganas de estar con la mujer de 33 que, según él, había conquistado en la fiesta de la prima. El joven había notado que desde la ultima mesa del salón una mirada constante de la sensual mujer. Una mueca combinada con una leve sonrisa animo al chico a acercarse a ella, un rato de platica, un mal pretexto llevo al primer beso y a la primera cita, al primer placer, el cielo que no encontraría en su propia edad de deprimente pubertad...
En una revista educacional (jjajaajajajaj(porque definitivamente no era educativa)), encontre que ahora los chinos estan reciclando los condones, utilizandolos como ligas para el cabello... Aun que la verdad no se a que olera el cabello despues de usarlas.... En esa talla me quedo chico pero la urgencia lo ameritaba
Sigo sin entender tu juego, pasaron años y ahora vuelves desde una llamada. Me extraña, no es tu estilo, quiero pensar que tus demonios regresan a tomar un café contigo , que entre tus fantasmas el mío seguía rondando entre los salones buscando las respuestas que ni tú te dabas. Aun me parece que esa llamada no paso, parece que solo fue una más de mis fantasías esperando tu regreso. Y después de cada una de ellas me repetía lo mismo, “eso jamás pasara, y lo sabes” y volvía a mi dolorosa realidad andando por esos caminos que llevaban a ti, y que me prometí nunca volver a deambular. Tu recuerdo dolía, cada que recordaba esa mirada que me decía el lugar que tenía en tu corazón y tu alma, que desapareció en cada una de nuestras despedidas. Ni Remedios Varo con “la despedida” hicieron que esa mirada apareciera por última vez, remataste diciendo en voz alta “no en esta vida”. En cambio una mirada nueva apareció cuando me hablaste un nuevo amor. Fue ahí donde todo se rompió, donde ...
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